lunes, 20 de septiembre de 2010

Esperanza

Dios es el Señor de la vida. Él es quien determina la existencia de cada hombre y con su providencia dirige y conserva su vida.

Esto tiene especial aplicación cuando se trata de una vida nacida de un matrimonio cristiano, vida que a su tiempo será enriquecida con el sacramento del bautismo, don de la misma vida divina.

Nuestros hermanos
JM y O han aguardado con fe y Esperanza el momento del nacimiento de su hija, a la que, cooperando con el amor de Dios, amaban ya aun en el seno materno.

Al Señor, que los ha bendecido, le damos gracias por el feliz nacimiento de la niña que les ha concedido, por la salud de la que gracias a Él gozan la madre y la hija, por la serena alegría que con este nacimiento ha infundido en el corazón de todos y por todos los beneficios que nos otorga sin cesar.

Muchísimas felicidades para toda la familia por este don que habéis recibido. Que el Señor, en su advocación de Santísimo Cristo de la Vera Cruz, os bendiga siempre. Y que la misericordia de Dios todopoderoso, la paz de su Hijo único Jesucristo, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo, os protejan siempre en la vida, para que caminando a la luz de la fe alcancéis los bienes prometidos.

(A JMMN por el nacimiento de su hija Esperanza)