viernes, 4 de marzo de 2016

Su santo rocío: rogativas de lluvia al Cristo de la Vera Cruz

De muchos es conocido que históricamente en Paradas, pueblo económicamente agrícola y ganadero, era la imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz a la que los paradeños dirigían especialmente sus súplicas pidiendo por las buenas cosechas y que en situaciones críticas, tanto con la primitiva imagen (destruida en el año 1936) como con la actual, se realizaban procesiones en rogativa de lluvia.

Por testimonio oral había conocido varias historias durante el pasado siglo XX, como cuando en cierta ocasión, estando dispuestos los hermanos a bajar al Cristo de la Vera Cruz de su altar para prepararlo para una procesión en rogativa de lluvias, al agarrarlo sonó el eco de un trueno que anunciaba una inesperada tormenta, a lo que el hombre que acababa de sostener a la imagen, atemorizado e incrédulo ante al aviso de llegada del anhelada agua, respondió con un gritó que resonó por toda la iglesia, escandalizando al propio párroco, D. Julio Martínez Bernal: ¡La orden, a este no se le puede tentar! Nótese que aunque probablemente hiciera uso del verbo tentar en referencia al tacto, la exclamación roza un profundo sentido teológico si interpretamos tentar en su acepción de probar a alguien.

Salvando las distancias, en primera persona les puedo contar esta anécdota vivida el 2 de abril de 2014. Por la mañana entregaba en el Palacio Arzobispal la documentación requerida para solicitar la correspondiente autorización para la restauración de la imagen del Señor de la Vera Cruz. Pocas horas después, por la tarde cayó en Paradas la tromba de agua más grande que en muchos años se recuerda, con calles anegadas de agua y todo el Pilar inundado, siendo Paradas el punto de la provincia de Sevilla donde más lluvia se registró por metro cuadrado. Con cierta ironía, escuché decir que era una señal del Cristo, que nos decía que llevaba muchos años aguantando sin salir a la calle y que pronto volvería a avivar los corazones de los paradeños.

Mapa de lluvia 2 abril 2014
Hace unos meses encontré varios documentos relativos a una procesión del Cristo de la Vera Cruz en el año 1882 por rogativa de lluvia. Se trata de correspondencia entre el Alcalde de Paradas (Sr. González, con nombre ilegible en el final de la carta y la firma), el Arzobispo de Sevilla (Joaquín Lluch y García) y el Arcipreste de Marchena (Juan Manuel Sanz, Cura ecónomo de San Juan Bautista), en relación a unos sucesos acaecidos durante la organización de la citada procesión. El principio de la historia es el siguiente: el cura párroco se opone a la salida de la procesión cuando ya todo está preparado y más de miles de personas esperan en la calle la salida del Cristo de la Vera Cruz.
Escudo Hdad. Vera Cruz


Con membrete de la “Alcaldía Constitucional de Paradas” y registrado como Negociado de Orden Público, número 267, y sello del Ayuntamiento de Paradas, el Alcalde de la villa se dirigía al Arzobispo de Sevilla en un lenguaje exquisito, comenzando con estas palabras que reproduzco literalmente:

“Excmo., Emmo. e Ilmo. Señor: La Hermandad del Santo Cristo de la Vera Cruz de esta villa acompañada de varios vecinos de la misma, se presentaron hace algunos días a mi autoridad con el objeto de obtener permiso para sacar en procesión de penitencia a la Santa Imagen, con el fin de implorar del Altísimo el agua, que tanta falta hace en atención a estar los campos áridos y casi secos, y está impregnado en los ánimos y corazones de los habitantes de este pueblo que siempre que se encontró en análogas circunstancias nos mandó su santo rocío. Por consiguiente, les concedí permiso, y cómo no, cuanto más en idénticas creencias y sentimientos.”

Esta frase es para releerla: “está impregnado en los ánimos y corazones de los habitantes de este pueblo que siempre que se encontró en análogas circunstancias nos mandó su santo rocío”.  Una vez más, por favor: siempre nos mandó su santo rocío. Con estas hermosas palabras queda reflejado el arraigo que existía en Paradas (“está impregnado en los ánimos y corazones de los habitantes de este pueblo”) de implorar la lluvia al Santísimo Cristo de la Vera Cruz: su santo rocío, y que siempre que se le pidió de este modo, la tan necesaria lluvia cayó sobre los campos de Paradas, paliando las graves consecuencias de las sequías en nuestro pueblo.

Continúa la misiva: “Al efecto, me pongo de acuerdo el Sr. Cura, de convocar al público para que asistiera al acto el viernes en la noche, y como por encanto y en un instante, se llenó de hombres la plaza, sitio donde se halla la Ermita, en número de más de mil, todos dispuestos y preparados para acompañar al Santo Cristo de la Vera Cruz”.
Imagen del Cristo de la Vera Cruz tras su restauración en 2015
Stmo. Cristo de la Vera Cruz

Vemos cómo efectivamente el pueblo responde a la convocatoria y ¡en número de más de mil!, los paradeños rebozan la plaza de San Juan de Letrán a la espera de la salida del Cristo. Para hacernos a la idea de la religiosidad de entonces y del fervor y devoción con que al Cristo de la Vera Cruz se le imploraba por el bien de las cosechas, tengamos presente que la Hermandad de la Vera Cruz entonces tenía su sede en la Ermita de San Juan de Letrán, y que ésta ocupaba el espacio que a día de hoy hay entre la fachada lateral del Ayuntamiento de Paradas y los jardines de la plaza, y que la Plaza de Andalucía no era tal, sino que había edificios. Pensemos en “más del mil hombres” en esa plaza. Podríamos decir coloquialmente que no cabría un alfiler.

En este contexto, al Alcalde de Paradas llegó la siguiente noticia: “Pues bien, Emmo. Sr., eran ya las diez de la noche cuando llegó a mí la noticia de cómo por entre la multitud se susurraba que el Sr. Cura había dado órdenes al campanero de que no hiciera señal, pues que no era de su agrado saliese la procesión, y persuadido de que por desgracia era todo una verdad y de que reinaba un disgusto y una indignación tal, en contra de esa disposición, que temeroso de que el orden público pudiera alterarse, y con el objeto de evitar escándalos y de que este pueblo fuese testigo de algún acto desagradable, me constituí en la plaza acompañado de la Guardia Civil y demás agentes de mi autoridad, donde tuve ocasión de ver que en efecto los ánimos de todos estaban muy excitados.

Di las disposiciones que creí convenientes en evitación de que el asunto tomara mayores proporciones, teniendo necesidad de ofrecerles a la vez, que la procesión saldría, para lo cual, y sabedor de que el Sr. Cura, al dar la orden al campanero de no tocar, tuvo la precaución de ausentarse de su casa con el propósito sin duda de eludir algún compromiso que pudiera contrariar su citada orden. En este momento tan crítico yo di las mías para que el Santo Cristo saliera y, ya casi en movimiento el paso, se presentó el Sr. Cura en el portal de estas casas capitulares, manifestando con extrañeza el que la procesión hubiera salido…”.

Al final la procesión salió, como no podía ser de otro modo, y en la carta continuaba el Alcalde de Paradas explicando algunas rencillas personales por las que creía que el cura párroco (del que no refiere su nombre) había actuado de aquella forma, e informaba al Arzobispo de que “con fecha de ayer di cuenta al Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia, por lo que en relación está con el Orden Público que tan recomendado me está por mi superior jerárquico (…) Emmo. Sr., hay también el precedente de que ya ha tenido dicho Sr. Cura varios altercados de mal género con los individuos que componen la Cofradía de la Vera Cruz, y veo con disgusto que están los ánimos de uno y de los otros muy predispuestos y abrigo temores que en  estos próximos días ocurran escenas desagradables, que yo tendría que lamentar, pero que de ningún modo podría haber evitado, pero siempre me quedaría la tranquilidad de mi conciencia por haber puesto con oportunidad en conocimiento de la autoridad Civil y Eclesiástica”.

Finaliza el alcalde esta primera carta con una serie de consideraciones personales en cuanto a la religiosidad de los paradeños (“los sentimientos de la mayor parte de los vecinos de este pueblo son religiosos en su más alto grado…”) y de cómo percibe la relación del cura párroco con algún presbítero y con la feligresía, realizando alguna singular petición que ya habrá otra ocasión para contarla.

Santísimo Cristo de la Vera Cruz tras la restauración de 2015
Una vez atendida la citada correspondencia, por parte del Arzobispo de Sevilla le fue solicitada información al Arcipreste de Marchena (Juan Manuel Sanz, Cura ecónomo de San Juan Bautista), lo cual queda reflejado en otra carta con membrete del Arciprestazgo de Marchena y fecha de 27 de abril de 1882, en la que el Arcipreste comunica que “en cumplimiento de lo que V. me ordena en su Comunicación he podido averiguar con la prudente reserva sobre los hechos indicados”.

En la misma, en primer lugar advierte que “por las noticias adquiridas de varias personas fidedignas y a la vez testigos presenciales, resulta que son ciertos los hechos denunciados por el Sr. Alcalde de Paradas…”, aunque posteriormente puntualiza que el resentimiento que ya existía entre alcalde y párroco por decisiones que con buena justificación éste último había tomado  podría haber ido a más el día de la salida de la procesión por no haber sido invitado, aunque “el Ayuntamiento dio parte al Sr. Cura de la hora de salida de la referida procesión, porque cuando fue una comisión a manifestárselo, aquel o no se hallaba en su casa o no tuvo a bien hacerse visible, es muy probable que los resentimientos antes dichos influyesen en el retraimiento del ya citado Sr. Cura”. Además aporta información relacionada con las apreciaciones que el alcalde realizaba al final de su carta, pero como antes decía, esa historia se podría contar en otro momento y, con un poco de imaginación, bien daría para completar el guión de una buena película.

He intentado averiguar cuándo fue exactamente la última vez que se realizaron rogativas por lluvia al Cristo de la Vera Cruz en Paradas. Debió ser aproximadamente en 1960, pues  personas nacidas en los años cuarenta las recuerdan en su juventud en al menos dos ocasiones, y mucho más tarde no pudieron ser, puesto que la Hermandad de la Vera Cruz realizó estación de penitencia hasta el año 1965.

Llevaban sobre los hombros al Cristo de la Vera de la Cruz, y se entonaban oraciones y cánticos, algunos de los cuales aun con su melodía me han sabido reproducir: “Agua te pedimos, Padre celestial. Envíanos el rocío con tu gran piedad. El trigo se seca, la hierba no nace y los pajarillos se mueren de hambre…”. También estaban quienes desconociendo las oraciones repetían insistentemente con toda su fe: agua, agua, agua… 
 
Cristo de la Vera Cruz bajo la torre de la Parroquia de San Eutropio (años 60)

Hace ya años que la previsión meteorológica predice con más o menos acierto la llegada de la lluvia y, además, al igual que en otras muchas poblaciones de nuestro entorno, la actividad económica en Paradas ya no depende tanto de la agricultura y la ganadería como lo hizo en otros tiempos, y no ha sido solamente en Paradas donde se han pedido estas procesiones. Aun así, y no habiéndolo conocido más que por testimonio oral, siento nostalgia de un pueblo que masivamente salía a la calle a rezar a Dios en situaciones de adversidad. Hemos vivido un último trimestre de 2015 seco que anticipa un mal año para el campo. Me contaba un buen amigo que repartió almanaques con una fotografía del Cristo de la Vera Cruz durante los últimos días del año por toda Paradas y que al poco vino la lluvia. Sí, ya sé: casualidad, vale. Pero déjenme que sencillamente interprete los hechos que suceden a mi alrededor sabiendo que Dios está ahí. Les aseguro que pronto, cuando volvamos a ver al Santísimo Cristo de la Vera Cruz por las calles de Paradas, no faltarán entre las intenciones por las que se pida antes de la procesión, las oraciones implorando que bendiga nuestros campos con su santo rocío.
 

David Florián Sanz
Secretario General de la Confraternidad de
Hermandades y Cofradías de la Vera Cruz

Artículo publicado en la revista "Cruz de Guía", editada por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Penitencia de la Villa de Paradas






martes, 10 de febrero de 2015

Misa de Acción de Gracias por el Padre Barea

Hace pocos días, el pasado 8 de febrero de 2015, se ha cumplido el centenario del fallecimiento del Padre Barea, que fuera Párroco de San Eutropio.

El Padre Barea destacó por su dedicación y entrega al pueblo, siempre disponible a los más necesitados, dando testimonio del amor de Dios, falleciendo en olor de santidad con fama de hombre bueno.

Basta recordar que Paradas reconoció a tan digno sacerdote dando su nombre a la calle en la que se encuentra nuestra Parroquia.

A pesar de los años, su memoria aún perdura en nuestro pueblo, aunque con el paso de las generaciones es desconocida por muchos.

Desde la Parroquia de San Eutropio, con la intención de hacer partícipes de su testimonio a toda la feligresía, se pretende en este año del centenario de su fallecimiento dar a conocer su vida a las generaciones actuales y dar gracias a Dios por la vida de amor, entrega y dedicación del Padre Barea.

Como primero de los actos que a lo largo de 2015 se puedan desarrollar, se va a celebrar el próximo sábado 14 de febrero a las 19:30h una misa de acción de gracias por la vida del Padre Barea, a la que está especialmente invitada a participar toda la comunidad parroquial.

Tras la celebración de la misa, se llevará una ofrenda floral a la tumba del Padre Barea, cuyos restos reposan en nuestra Parroquia en la cripta de la capilla de la Virgen del Carmen.


Desde el Foro Cristo de la Vera Cruz nos unimos a la invitación que desde la Parroquia de San Eutropio hacen D. Francisco, nuestro Párroco, y D. Antonio, Diácono permanente, y animamos a todos los lectores a participar de esta Eucaristía de Acción de Gracias y a conocer la figura del Padre Barea.



Nueva Junta en la Confraternidad de HH. y CC. de Vera+Cruz

El pasado sábado 31 de enero tuvo lugar la toma de posesión de la nueva Junta de Gobierno de la Confraternidad de Hermandades y Cofradías de Vera+Cruz.

Los nuevos miembros juraron sus cargos ante los Evangelios y en presencia del Lignum Crucis en el transcurso de una misa celebrada por D. Marcelino Manzano Vilches, Delegado diocesano de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Sevilla, en la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, sede canónica de la Hermandad de Vera+Cruz de Sevilla y también sede de la Confraternidad.

La nueva Junta de Gobierno la componen:

- Presidente: D. Gervasio Rodríguez Pérez
- Vicepresidente 1º: D. Antonio Luis Borrego Fernández
- Vicepresidente 1º: D. Cayetano Pantojo López
- Secretario General: D. David Florián Sanz
- Vicesecretario: D. Juan Antonio Morato Moreno
- Tesorero: D. José de Cristóbal González
- Vicetesorera: Dña. Manuela Cordobés Rodríguez

Tras la misa, el nuevo Presidente de la Confraternidad, D. Gervasio Rodríguez, actualmente Hermano Mayor de la Hermandad de Penitentes del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Jerez de los Caballeros, dirigió unas palabras de agradecimiento a su familia, a los miembros de la Junta saliente, a los hermanos que le acompañan en esta nueva etapa y a todos cuantos le animaron a ponerse al servicio de las Hermandades y Cofradías de Vera+Cruz, desde donde fomentar la devoción a la Santa Vera Cruz, auspiciar proyectos de Caridad, atender a las necesidad de las hermandades y cofradías...




martes, 3 de febrero de 2015

Santísimo Cristo de la Vera+Cruz

El pasado viernes 30 de enero se celebró en la Parroquia de San Eutropio la solemne misa de Acción de Gracias por la feliz restauración de la imagen del Santísismo Cristo de la Vera Cruz.

Restaurada por José María Calderón Herrera, la imagen obra del escultor Enrique Bellido fue adquirida por la Hermandad de la Vera+Cruz tras la Guerra Civil, sustituyendo a la antigua imagen Titular de la Hermandad, destruida, de la que aún conserva las potencias y la corona de espinas, así como el INRI.

Sobre una nueva cruz arbórea realizada en los talleres de Carpintería Casau, la venerada imagen se ubica desde ahora en la parroquia en un nuevo espacio, habiendo pasado del retablo en cabecera de la nave de la epístola al extremo contrario de la misma, desde donde seguirá atrayendo oraciones y propósitos de conversión y santidad.







Fotografías: David Florián

domingo, 11 de enero de 2015

Bautismo de Cristo

Hoy domingo 11 de enero celebremos la fiesta del Bautismo de Cristo, con la que concluye el tiempo litúrgico de la Navidad.


Imagen: Bautismo de Cristo (Perugino, 1481-1482), Capilla Sixtina.

sábado, 10 de enero de 2015

Yo no soy Charlie Hebdo

Varios artículos interesentes publicados en el muro de Facebook de Foro Cristo de la Vera Cruz:


JE (NE) SUIS (PAS) CHARLIE HEBDO...
Por Ernesto A. Holgado Ramos
(Publicado en sitio web de la Archidiócesis de Sevilla: www.archisevilla.org)

No, yo no soy Charlie Hebdo. Así escrito en caliente, cuando aún está la policía persiguiendo a los terroristas por los terribles asesinatos cometidos ayer en París, en las oficinas de esta revista satírica, parecerá que nos apuntamos a esa maldita mala costumbre de dar motivos a los malos y justificar si cabe ciertas acciones que no tienen justificación. Cualquier opinión a este respecto, supone comenzar por aclarar meridianamente que no se puede estar bajo ningún concepto con los que asesinan, y mucho menos con quienes lo hacen en nombre de un dios al que ni siquiera respetan precisamente con sus acciones depravadas y destructoras de la Creación. No, imposible, no se puede tolerar nada de eso, y mucho menos que se realice con la excusa de atacar a un medio que utiliza el papel y la pluma para efectuar su crítica, enmarcadas si cabe dentro de ese ladino concepto que lo ampara todo, como la libertad de expresión. De ahí en adelante, empecemos por aclarar que defenderemos en todos los sentidos la libertad de declararse e incluso la libertad de expresar ciertas críticas...

El problema, sin embargo, es que una cosa es la libertad y otra el libertinaje. Y con ello ni mucho menos voy a justificar que ciertas acciones puedan considerarse respuesta ante ciertas críticas. La sátira forma parte de nuestro acervo cultural, desde luego, y hemos de aceptarla como parte también protegida por la libertad de expresión. No obstante, hay que colocar cada cosa en su justa medida. Nuestra sociedad ha perdido cierta mesura en los valores que la sustentan, en su equilibrio, y es oportuno poner cada cosa en su lugar y mirar con perspectiva. Yo no soy Charlie Hebdo, no lo soy sencillamente porque respeto la libertad de pensar de todos, incluidos todos los redactores y dibujantes de Charlie Hebdo que han publicado verdaderas aberraciones inadmisibles e indefendibles en su revista, que han sacado algunas portadas no ya blasfemas, sino atentatorias contra verdaderos derechos humanos, incluido el deseo agresivo de esta publicación de ponerse a la gresca con todas las religiones, poniéndonos a todos en peligro. Se asemeja a aquél pastor fundamentalista Terry Jones, que puso a la quema el Corán en la plaza pública con una pura intención provocadora. Frente a esto, nuestra sociedad ha perdido la medida, nuestro sistema hace prevalecer la libertad de expresión, asumiendo incluso el libertinaje de expresión, dando lugar a que cualesquiera opinión tengan más dimensión e importancia que el libre pensamiento y actuar de miles de personas en el mundo que nos consideramos creyentes, pacíficos y tolerantes. Esta libertad de expresión lo soporta todo y pone en el candelero el debate entre libertad y libertinaje, entre libertades y su ejercicio, sin llegar ni mucho menos a justificar los atentados de esas mentes desalmadas y desequilibradas que utilizan cualquier excusa para cometer sus atrocidades. En suma, se trata de una cuestión de respeto mutuo, perdido, en el que los locos quieren imponer cada cual en su medida desmedida, la falta de respeto hacia el prójimo. Y resulta que no se vence ni con atentados, ni con la pluma satírica, sino con algo más de amor y empatía.

Yo no soy Charlie Hebdo, lo mismo que no soy fundamentalista islámico, ni fundamentalista cristiano, ni soy de ese nuevo ateísmo también fundamentalista que lucha militante contra todas las religiones de manera agresiva y esperpéntica a veces, como el movimiento Femen. Yo no soy Charlie Hebdo, no, no puedo serlo porque no puedo considerar que las religiones sean materia de sátira indiscriminada y desconsiderada, que a los creyentes, cristianos, musulmanes, judíos, se nos trate con la desmedida e insultante blasfemia de forma constante, con la profanación de una serie de principios que consideramos fundamentales y sustento de nuestras vidas. Defenderé con mi vida si hace falta la libertad de Charlie, sin embargo, para expresarse, pero desde luego no me igualaré con él: a sus críticas, pondré la otra mejilla si es necesario. No, no me puedo igualar con quien mete en el mismo saco a un cristiano pacífico y a un fundamentalista enloquecido. No me puedo igualar con quien se dedica de constante a la provocación y al improperio sin causa ni razón. No puedo ser igual a quien iguala sátira y blasfemia, fundamentalismo religioso y fundamentalismo ateo...

Y no puedo serlo sencillamente porque creo que el ojo por ojo no lleva a ningún sitio, ni a la libertad (de expresión), ni a Dios mismo.


Yo no soy Charlie Hebdo, por Juan Manuel de Prada
(Publicado en ABC y referido en www.infovaticana.com)

Durante los últimos días, hemos escuchado calificar a los periodistas vilmente asesinados del pasquín Charlie Hebdo de “mártires de la libertad de expresión”. También hemos asistido a un movimiento de solidaridad póstuma con los asesinados, mediante proclamas inasumibles del estilo: “Yo soy Charlie Hebdo”. Y, llegados a la culminación del dislate, hemos escuchado defender un sedicente “derecho a la blasfemia”, incluso en medios católicos. Sirva este artículo para dar voz a quienes no se identifican con este cúmulo de paparruchas hijas de la debilidad mental.

Allá por septiembre de 2006, Benedicto XVI pronunció un grandioso discurso en Ratisbona que provocó la cólera de los mahometanos fanáticos y la censura alevosa y cobarde de la mayoría de mandatarios y medios de comunicación occidentales. Aquel espectáculo de vileza infinita era fácilmente explicable: pues en su discurso, Benedicto XVI, además de condenar las formas de fe patológica que tratan de imponerse con la violencia, condenaba también el laicismo, esa expresión demente de la razón que pretende confinar la fe en lo subjetivo, convirtiendo el ámbito público en un zoco donde la fe puede ser ultrajada y escarnecida hasta el paroxismo, como expresión de la sacrosanta libertad de expresión. Esa razón demente es la que ha empujado a la civilización occidental a la decadencia y promovido los antivalores más pestilentes, desde el multiculturalismo a la pansexualidad, pasando por supuesto por la aberración sacrílega;  esa razón demente es la que vindica el pasquín Charlie Hebdo, que además de publicar sátiras provocadoras y gratuitamente ofensivas contra los musulmanes ha publicado en reiteradas ocasiones caricaturas aberrantes que blasfeman contra Dios, empezando por una portada que mostraba a las tres personas de la Santísima Trinidad sodomizándose entre sí. Escribía Will Durant que una civilización no es conquistada desde fuera hasta que no se ha destruido a sí misma desde dentro; y la basura sacrílega o gratuitamente ofensiva que publicaba el pasquín Charlie Hebdo, como los antivalores pestilentes que defiende, son la mejor expresión de esa deriva autodestructiva.

Debemos condenar este vil asesinato; debemos rezar por la salvación del alma de esos periodistas que en vida contribuyeron a envilecer el alma de sus compatriotas; debemos exigir que las alimañas que los asesinaron sean castigadas como merecen; debemos exigir que la patología religiosa que inspira a esas alimañas sea erradicada de Europa. Pero, a la vez, debemos recordar que las religiones fundan las civilizaciones, que a su vez mueren cuando apostatan de la religión que las fundó; y también que el laicismo es un delirio de la razón que sólo logrará que el islamismo erija su culto impío sobre los escombros de la civilización cristiana. Ocurrió en el norte de África en el siglo VII; y ocurrirá en Europa en el siglo XXI, a poco que sigamos defendiendo las aberraciones de las que alardea el pasquín Charlie Hebdo. Ninguna persona que conserve una brizna de sentido común, así como un mínimo temor de Dios, puede mostrarse solidaria con tales aberraciones, que nos han conducido al abismo.

Y no olvidemos que el gobierno francés –como tantos otros gobiernos occidentales–, que amparaba la publicación de tales aberraciones, es el mismo que ha financiado en diversos países (y en especial en Libia) a los islamistas que han masacrado a miles de cristianos, mucho menos llorados que los periodistas del pasquín Charlie Hebdo. Puede parecer ilógico, pero es irreprochablemente lógico: es la lógica del mal en la que Occidente se ha instalado, mientras espera la llegada de los bárbaros.

Palabras del Papa Francisco

Pululan por las redes sociales y por mensajes en WhastApp muchas imágenes con frases atribuidas al Papa Francisco que son falsas. Tened cuidado.

Para conocer lo que dice el Papa lo más recomendable es seguir a los medios de comunicación oficiales de la iglesia.

Canal Twitter oficial del Santo Padre en español: 

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Regreso del Cristo de la Vera Cruz

El próximo viernes 30 de enero tendremos de nuevo la imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz en la Parroquia de San Eutropio, tras haber sido restaurada. 

DEO GRATIAS.