lunes, 14 de septiembre de 2009

Exaltación de la Santa Cruz

El 14 de septiembre la Iglesia celebra la Exaltación de la Santa Cruz. En este día día recordamos el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320 por parte de Santa Elena, madre del Emperador Constantino. Más tarde los persas la robaron y se la llevaron de Jerusalén, siendo recuperada por el Emperador Heraclio en el año 614.

Para evitar nuevos robos la Santa Cruz fue partida en varios pedazos. Uno fue llevado a Roma, otro a Constantina, un tercero se dejó en Jerusalén y otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas por iglesias del mundo entero, que llamaron Veracruz (verdadera cruz).

Como recuerdo de esta fecha, hagamos con más devoción y más despacio la señal de la Santa Cruz.

Cruz luminosa, nos sentimos orgullosos de llevarte en nuestro pecho, de tenerte en nuestras casas, de verte en las iglesias, de contemplarte en nuestras calles, montes y caminos...

Reproducimos a continuación este hermoso himno de los laudes de este día de fiesta. Al leerlo despacio, Señor, nos acercamos a tu cruz. La besamos con todo nuestro cariño por lo que representa, especialmente en este día de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Es una cruz luminosa que, de lugar de suplicio, se ha convertido contigo en foco de luz de salvación para todo el mundo.

Brille la cruz del Verbo luminosa,
Brille como la carne sacratísima
de aquel Jesús nacido de la Virgen
que en la gloria del Padre vive y brilla.

Gemía Adán, doliente y conturbado,
lágrimas Eva junto a Adán vertía;
Brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
Cruz que se enciende cuándo el Verbo expira.

¡Salve cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita!

Reine el señor crucificado,
levantando la cruz donde moría;
Nuestros enfermos ojos buscan luz,
Nuestros labios, el río de la vida.

Te adoramos, oh cruz que fabricamos,
pecadores, con manos deicidas;
Te adoramos, ornato del Señor,
Sacramento de nuestra eterna dicha.

Amén